Si una palabra define nuestra estancia en México es relax. Desde antes del viaje teníamos pensado acabar con unos días de playa, y cómo volar desde Cancún a Madrid es barato no se nos ocurrió un sitio mejor que el Caribe Mexicano.
Los dos habíamos estado por separado antes en México y conocimos varios de los lugares, ruinas y cenotes más turísticos. En esta ocasión, nos apetecía huir de estos lugares en busca de playas paradisíacas poco transitadas. No sabíamos muy bien dónde ir y tras preguntar a varios conocidos de anteriores viajes, decidimos comenzar en Puerto Morelos, un pueblecito de pescadores muy tranquilo a pocos kilómetros del aeropuerto de Cancún.
Según llegamos, Carla, una argentina muy hospitalaria que conocimos en el camino, nos acogió en su casa la primera noche ¡Menudo chalet, muchas gracias! Los días siguientes nuestro alojamiento fue la habitación de un chico, al cual conocimos la noche anterior cenando en su puesto de perritos calientes. En primera línea de playa y a muy buen precio.
Nuestro siguiente destino sería la Laguna de Bacalar, donde nada más llegar, como era de noche, una pareja de mexicanos nos llevó en su coche a buscar hostal. Al final, nos quedamos en una casa familiar que tenía una cama muy grande, cocina, televisión o terraza.
Estuvimos varios días en la laguna, otro en la playa de Mahahual , uno más en el Cenote Azul y así, nos relajamos más y más. Chapuzón para arriba, chapuzón para abajo, cocinar algo, tomar jugos o tacos en el mercado, ver alguna película,...
Finalmente, fuimos a Playa del Carmen, donde nos dimos un último homenaje en un hotel que estaba bastante bien, y el cual regía Mario, un italiano que fumaba cinco paquetes al día, al cual ayudamos a dejar de fumar. Aquí, continuamos en la misma dinámica que los días anteriores, el objetivo era relax. Este sería nuestro último destino en el viaje y para acabarlo como Dios manda, fuimos a Akumal a hacer snorkel con tortugas marinas y arrecifes de coral, y comimos un pescado riquísimo en un buen restaurante. ¡Cómo debe de ser!
Gure egonaldia Mexicon hitz batek zehazten badu, hitz hau lasaitasuna da. Bidaia hasi aurretik egun batzuekin hondartzan bukatzea zen gure asmoa eta Kankunetik Madrilera hegan egitea merkea denez ez zitzaigun bururatu Mexikoko Karibea baino leku hoberik.
Los dos habíamos estado por separado antes en México y conocimos varios de los lugares, ruinas y cenotes más turísticos. En esta ocasión, nos apetecía huir de estos lugares en busca de playas paradisíacas poco transitadas. No sabíamos muy bien dónde ir y tras preguntar a varios conocidos de anteriores viajes, decidimos comenzar en Puerto Morelos, un pueblecito de pescadores muy tranquilo a pocos kilómetros del aeropuerto de Cancún.
Según llegamos, Carla, una argentina muy hospitalaria que conocimos en el camino, nos acogió en su casa la primera noche ¡Menudo chalet, muchas gracias! Los días siguientes nuestro alojamiento fue la habitación de un chico, al cual conocimos la noche anterior cenando en su puesto de perritos calientes. En primera línea de playa y a muy buen precio.
El calor era asfixiante. Al día siguiente intentamos ir a correr hasta una playa desierta pero acabamos el trayecto andando y nos quemamos a pesar de estar todo el rato a la sombra de una palapa. Por lo demás un día estupendo, estuvimos varias horas solos en la playa ¡Así da gusto! Los días siguientes los dedicamos básicamente a ir a la playa en doble sesión de 1-2 horas de mañana y tarde, a comer pescado y tacos y a descansar.
Nuestro siguiente destino sería la Laguna de Bacalar, donde nada más llegar, como era de noche, una pareja de mexicanos nos llevó en su coche a buscar hostal. Al final, nos quedamos en una casa familiar que tenía una cama muy grande, cocina, televisión o terraza.
Estuvimos varios días en la laguna, otro en la playa de Mahahual , uno más en el Cenote Azul y así, nos relajamos más y más. Chapuzón para arriba, chapuzón para abajo, cocinar algo, tomar jugos o tacos en el mercado, ver alguna película,...
Finalmente, fuimos a Playa del Carmen, donde nos dimos un último homenaje en un hotel que estaba bastante bien, y el cual regía Mario, un italiano que fumaba cinco paquetes al día, al cual ayudamos a dejar de fumar. Aquí, continuamos en la misma dinámica que los días anteriores, el objetivo era relax. Este sería nuestro último destino en el viaje y para acabarlo como Dios manda, fuimos a Akumal a hacer snorkel con tortugas marinas y arrecifes de coral, y comimos un pescado riquísimo en un buen restaurante. ¡Cómo debe de ser!
Gure egonaldia Mexicon hitz batek zehazten badu, hitz hau lasaitasuna da. Bidaia hasi aurretik egun batzuekin hondartzan bukatzea zen gure asmoa eta Kankunetik Madrilera hegan egitea merkea denez ez zitzaigun bururatu Mexikoko Karibea baino leku hoberik.
Gure bigarren aldia zen Mexicon eta toki, aztarnategi eta zenote turistikoenak ezagutzen genituen. Oraingo honetan, leku horietatik ihes egiteko gura genuen jende askorik ez zebilen hondartza xarmargarrien bila. Ez genekien oso ondo nora joan eta aurreko bidaietako lagun batzuei galdetu ostean, gure lehenengo helmuga Puerto Morelos izatea erabaki genuen, Kankuneko aireportutik kilometro gutxietara zegoen arrantzale herri txiki bat.
Ailegatu bezain pronto, Carla, bidean ezagututako neska argentindarra oso abegitsua bere etxean hartu gintuen lehenengo gaua emateko. A zer nolako txaleta, eskerrik asko!! Hurrengo egunak aurreko gauean bere hot dogen salmenta postuan afaltzen ezagututako gizon baten logelan egin genuen lo. Hondartzako lehenengo lerroan oso prezio onean.
Beroa itogarria zen. Hurrengo egunean urrun zen hondartza bakarti batera korrika egiten joaten saiatu ginen baina bukatu ginen oinez. Gainera, eguzkiak kiskali egin zigun txabola baten teilatu azpian itzalean egon arren. Bestalde, egun zoragarria eman genuen, ordu dexente bakarrik izan ginen hondartzan. Oso gustura! Hurrengo egunak, hondartzan, goiz zein arratsaldean, 1-2 orduko sesio bikoitzean eman genituen, arraina eta takoak jaten eta atsedena hartzen.
Gure hurrengo helmuga Bacalar urmaela izan zen, non ailegatu bezain pronto, gaua zenez, mexicar bikote batek autoan eraman gintuen ostatu baten bila. Azkenean, ohe oso handia, sukaldea, telebista edota terraza zuen familia-etxe batean geratu ginen.
Hemen, egun batzuk joan ginen urmaelara, beste egun batean Mahahualeko hondartzara edo zenote urdinera beste batean, eta are eta gehiago erlaxatu ginen. Bainu bat, bi bainu, zeozer sukaldatu, merkatuan futa-zukuak edo takoak jan, filmaren bat ikusi....
Hemendik, Playa del Carmenera joan ginen, non omenaldi bat izan genuen hotel on batera joaten, eta non bost pakete egunean erretzen zituen Marco italiar nagusia erretzeari uzten lagundu genuen. Bestetik, lehengo lepotik berera. Hondartza, sukaldaritza, tako eta lasaitasun gehiago. Hori bai,gure azken lekua izango zen bidaian eta ondo bukatzeko egun batean Akumalera joan ginen snorkela egitera non ur-dordokekin eta koralezko uharri batekin egin genuen igeri, eta jatetxe on batean izugarrizko arrain goxoa bazkaldu genuen.